Es muy probable que un día llegues a la oficina, te sientes delante de tu ordenador como cada mañana y entre toda tu bandeja de entrada te encuentres un correo bomba de tu jefe. Todos nos hemos sorprendido al recibir un correo que no deseábamos porque creíamos que habíamos actuado de forma correcta o estábamos preparados para asumir cualquier responsabilidad y no ha sido así.
Hay infinidad de tipos de correos y tonos de redactarlos. Estas comunicaciones aparentemente inocentes indican un habitual intercambio rutinario de mensajes que puede a veces intensificarse.
El primer tipo de correo es el llamado de paso, este es el claro ejemplo de cuando alguien anuncia una decisión controvertida y espera que nadie responda. Para muchos, la utilización del correo les permite evitar enfrentarse con la gente cara a cara, prefieren explicar las cosas mediante un teclado y una pantalla que en persona. Con esto se pueden interpretar las situaciones de forma diferente y agravar un problema que puede resultar sencillo de arreglar.
No podemos olvidarnos de que estamos tratando con personas, no con máquinas.
Correos grabadora, usamos el correo para obtener toda la información que deseamos de forma escrita. Esto tiene su ventaja pero también su inconveniente ya que se puede incluir información sensible que no debería aparecer por escrito.
Los correos eternos son aquellos en los que el remitente expone sus ideas de forma muy extensa para evitar preguntas. Por lo general, estos se abren y se cierran sin leerlos con detenimiento. Otro error es utilizar el correo para todo, hay cuestiones que no se deben escribir por correo porque no tienen notoriedad suficiente. Todos cometemos este error de vez en cuando. Sin embargo, cuando somos los receptores, estos correos electrónicos parecen desconsiderados e innecesarios.
Todos estos tipos de correos indican un enfoque egoísta de la persona que los envía y a menudo obvian su finalidad principal, el diálogo. Cuando se incumple el propósito común o el respeto mutuo, ambas personas que interlocutan están a la defensiva y el intercambio de correos se convierte en una guerra. Afortunadamente, existen estrategias para manejar estos correos bomba.
En el momento que recibes este tipo de correos debes respirar y tomarte tu tiempo. Lo mejor es programar una llamada o reunirse.
El correo electrónico es una gran herramienta para comunicarse. En el momento en el que esta comunicación lleva al conflicto, lo mejor es dejar el teclado, salir de mundo virtual y dialogar.